A las chicas koala nunca nos da frío en los pies, y por eso no llevamos zapatos de andar por casa. Yo los tengo llenos de galletas con chocolate, para que el hambre no me pellizque en la tripa cuando me olvide de comprar comida.
jueves, 13 de mayo de 2010
Pasteles de Cereza
Quiero aprender a volar. Una vez conocí a una chica que sabía, se le notaba en los ojos. Era dulce y andaba con mucha ligereza, me enamoraron sus movimientos fluidos y ese pelo castaño que siempre llevaba suelto y algo enmarañado. Desde que la conocí, supe que podía volar, es como cuando ves a alguien por primera vez y piensas: "Seguro que hace unos pasteles de cereza riquísimos". Pues no me equivoqué. Ella simplemente iba y venía; pero nunca me enseñó a volar. Creo que me daba vergüenza pedírselo. Creo que se ha ido, pero quizás vuelva en un día de viento. De lo que más me arrepiento, es de no haberle regalado nunca un pastel de cereza.
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