jueves, 20 de mayo de 2010

Lisi.


-Ven Lisi, porfa hazme caso...-Me suplicaste mirándome con dulzura.
-No, y ya te he dicho que no me gusta que me llames Lisi, me llamo Alicia.-Y es un nombre muy elegante, añadí en mi interior. Seguí mirando a mi muñeca gafotas con pelo de lana. Le volví a dar cuerda para oir esa conocida melodía y la canté, más bien la susurré a trozos. You are my sunshine, my only sunshine... You make me happy... Mi mamá me la enseñó cuando me compré la muñeca. Pero seguro que ya no se acuerda de la muñeca. Seguro que no se acuerda ni de la canción; porque tampoco se acuerda de mí... En el hospital dicen que no se acuerda de leer. A ella le gustaba mucho leer, y siempre me contaba cuentos al despertarme.
-Perdóname...-Susurras desde la ventana.
-No quiero perdonarte, no quiero porque has matado a mi tortuguita.
-Lisi, ha sido una hipotermia, porfa, ven aquí.
-No, no voy a ir, has matado a mi tortuguita y encima de frío. Podrías haberla abrazado. Pero se ha muerto y por tu culpa.-Me caen las lágrimas y vuelvo a dar cuerda a Alicia.- Y ya te he dicho que no me llames Lisi. Y que no voy a ir contigo.
-Pero te vas a congelar pequeña... Ven princesita, va a empezar a llover...























Llueve.

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